
945-715 a.C. Bubastis, «Fui un hombre justo de corazón, que no sucumbió a la parcialidad. Alguien cuya existencia fue ponderada, y cuyas palabras fueron comprensibles, un hombre silencioso (sabio) que avanzó por el camino de la rectitud (Ma’at) y que estuvo exento de injusticia. Si hacéis el bien, se hará el bien para vosotros. Provechoso y feliz será para vosotros el porvenir en proporción al bien que hayáis realizado.» (Estatua de Ankh-Pa-Hered)
El concepto de Maat, es un concepto metafísico, es la encarnación de la Justicia Arquetípica, lo bueno y lo justo por naturaleza, representa el orden que surge del caos, la Armonía que rige el Orden del Universo, y a la vez rige la Armonía Social, el equilibrio de las personas, la ética de las personas.
El Maat esta presente tanto en el Universo como en las personas, de ahí que el Faraón ofrenda Maat a los Dioses, él es el encargado de mantener el Maat en el Estado y todo lo que implica, si en el País no existía Ma’at era por culpa del Faraón. A la misma vez el Faraón está obligado ante Ma’at, no está por encima de él, si no integrado en él.
Como dice Henry Frankfort:
«Se trata de un concepto que pertenece tanto a la cosmología como a la ética. Es la justicia en tanto que orden divino de la sociedad, pero también el Orden Divino de la Naturaleza, establecido en tiempos de la creación.»
La representación de Maat era la de una mujer coronada con una pluma en la cabeza, que representa su nombre en jeroglífico.
La teología la hace hija del Sol, Ra, al que nada escapa y además es padre del Faraón.
Es el contrapeso en la balanza que pesa el corazón del difunto.